Cuanta verdad encierra este texto. Para los que andamos en la búsqueda espiritual, esto que explica tan certeramente el autor, es una realidad que se presenta cuando uno de los integrantes de la pareja, sigue apegado a lo material y el otro comienza a entender de otro modo la vida. Se crea una brecha, que muchas veces termina en la ruptura de la relación. Es por eso que quise abordar este tema, porque explica claramente, como, a través de la comprensión, y tomando una postura pacífica, intentando ver desde la perspectiva del otro, podemos aceptarlo y tratar de comprenderlo sin pretender cambiarlo. Y así, intentar llevar adelante la relación. Nunca me extiendo tanto con los textos, pero este merecía la pena. Soledad
Ectracto del libro "El poder del ahora"
¿Cuántas persona se necesitan para hacer de su vida
una práctica espiritual? No importa si su pareja no quiere cooperar. La salud
mental -la conciencia- sólo puede llegar a este mundo a través de usted. Usted
no necesita esperar a que el mundo se vuelva cuerdo, o a que otro se vuelva
consciente, para ser usted un iluminado. Podría llegar a esperar por siempre.
No acuse a los demás de ser inconscientes. En el momento en que usted comienza
a discutir, se ha identificado con una posición mental y está defendiendo no
sólo esa posición sino también su sentido de sí mismo. El ego entra a la carga.
Usted se ha vuelto inconsciente. A veces puede ser apropiado señalar ciertos
aspectos de la conducta de su cónyuge. Si usted está muy alerta, muy presente,
puede hacer eso sin involucrar el ego, sin culpar, acusar o hacer daño al otro.
Cuando su compañero actúa inconscientemente, abandone todo juicio. El juicio
es, o bien confundir la conducta de alguien con quien es esa persona o
proyectar la propia inconsciencia en otra persona y confundir eso con lo que es
ella. Abandonar el juicio no significa que usted no reconozca la disfunción y
la inconsciencia cuando la vea. Significa ser "el que conoce" en
lugar de "ser la reacción" y el juez. Entonces, o bien usted estará
totalmente libre de reacción o reaccionará y aún será el que conoce, el espacio
en el que la reacción se observa y se le permite ser. En lugar de luchar contra
la oscuridad, usted trae la luz. En lugar de reaccionar al error, usted lo ve y
sin embargo al mismo tiempo mira a través de él. Ser el que conoce crea un
espacio claro de presencia amorosa que permite a todas las cosas y a todas las
personas ser como son. No existe mayor catalizador para la transformación. Si
usted practica esto, su compañero no puede quedarse con usted y permanecer
inconsciente.
Si ambos están de acuerdo en que la relación será su
práctica espiritual, mucho mejor. Entonces pueden expresar sus pensamientos y
sentimientos mutuamente tan pronto como ocurran, o tan pronto como una reacción
surja, de modo que no crean una brecha de tiempo en la que una emoción o una
queja se encone y crezca. Aprenda a dar expresión a lo que siente sin acusar.
Aprenda a escuchar a su compañero en una forma abierta, no defensiva. Déle
espacio para expresarse. Esté presente. Acusar, defenderse, atacar, todos esos
patrones diseñados para fortalecer o proteger el ego o para llenar sus
necesidades se volverán inoficiosos. Dar espacio a los demás -y a usted mismo-
es vital. El amor no puede florecer sin ello. Cuando usted ha suprimido los dos
factores que destruyen las relaciones, cuando el cuerpo del dolor se ha
transmutado y usted ya no está identificado con la mente y con las posiciones
mentales, y si su pareja ha hecho lo mismo, usted experimentará la felicidad
del florecimiento de la relación. En lugar de reflejar el uno en el otro su
sufrimiento y su inconciencia, en lugar de satisfacer sus mutuas necesidades
adictivas del ego, reflejarán mutuamente el amor que sienten en lo profundo de
ustedes, el amor que viene con la comprensión de su unidad con todo lo que es.
Ese es el amor que no tiene contrario.
Si su compañero está todavía identificado con la mente
y el cuerpo del dolor mientras que usted ya es libre, esto representará un reto
mayor, no para usted sino para su compañero. No es fácil vivir con una persona
iluminada, o más bien, es tan fácil que el ego lo encuentra extremadamente
amenazador. Recuerde que el ego necesita problemas, conflicto y enemigos para
fortalecer la sensación de separación de la que depende su identidad. La mente
del compañero no iluminado se sentirá profundamente frustrada porque sus
posiciones fijas no encuentran resistencia, lo que significa que se tambalean y
se debilitan e incluso corren "peligro" de derrumbarse completamente,
lo que produciría la pérdida de la identidad.
El cuerpo del dolor está pidiendo retroalimentación sin recibirla. La necesidad de discusión, de drama y de
conflicto no se satisface. Pero atención: algunas personas que no responden,
que se encierran, que son insensibles o están desconectadas de sus sentimientos
pueden pensar, y convencer a los demás, de que son iluminadas, o al menos de
que no hay "nada malo" en ellas y todo lo malo está en su compañero.
Los hombres tienden a hacer eso más que las mujeres. Pueden ver a sus
compañeras como irracionales o emocionales. Pero si usted puede sentir sus
emociones, no está lejos del cuerpo interior radiante que hay bajo ellas. Si
usted está fundamentalmente en su cabeza, la distancia es mucho mayor, y
necesita traer la conciencia a su cuerpo emocional antes de llegar al cuerpo
interior.
Si no hay una emanación de amor y alegría, presencia
completa y apertura hacia todos los seres, entonces no hay iluminación. Otro
indicador es cómo actúa una persona en situaciones difíciles o amenazadoras o
cuando las cosas "van mal". Si su "iluminación" es
autoengaño del ego, entonces la vida pronto le ofrecerá un reto que sacará a
flote su falta de conciencia en cualquier forma, como miedo, ira, actitud
defensiva, juicio, depresión, etcétera. Si usted sostiene una relación, muchos
de los retos le llegarán a través de su pareja. Por ejemplo, una mujer puede
tener el reto de un compañero insensible que vive casi completamente en su
cabeza. Se sentirá amenazada por su incapacidad de oírla, de darle atención y
espacio para ser, lo que se debe a su falta de presencia. La ausencia de amor
en la relación, que suele sentirse más agudamente por parte de la mujer que del
hombre, disparará el cuerpo del dolor de la mujer y a través de él atacará a su
compañero, lo culpará, lo criticará, le hará ver que está equivocado, etcétera.
Esto a su vez se convierte en el reto de él. Para defenderse del ataque del
cuerpo del dolor de ella, que ve como totalmente injustificado, se atrincherará
aún más profundamente en sus posiciones mentales, mientras justifica, se
defiende o contraataca. Eventualmente esto puede activar su propio cuerpo del
dolor. Cuando ambos han sido dominados así, se ha alcanzado un profundo nivel
de inconsciencia, de violencia emocional, de ataque y contraataque salvajes. No
disminuirá hasta que ambos cuerpos del dolor se hayan reaprovisionado y entren
en estado latente. Hasta la siguiente vez.
Esta es sólo una de un número interminable de posibles
situaciones. Se han escrito muchos volúmenes y se podrían escribir muchos más,
sobre las formas en que la inconsciencia sale a flote en las relaciones entre
hombre y mujer. Pero, como dije antes, una vez que usted entiende la raíz de la
disfunción, no necesita explorar sus innumerables manifestaciones.
Miremos de nuevo brevemente la situación que acabo de
describir. Cada amenaza que contiene es una oportunidad de salvación. En cada
etapa del proceso disfuncional que se desarrolla, es posible la liberación de
la inconsciencia. Por ejemplo, la hostilidad de la mujer podría ser una señal
para que el hombre salga de su estado de identificación con la mente, despierte
al Ahora, se vuelva presente, en lugar de sentirse aún más identificado, aún
más inconsciente. En lugar de "ser" el cuerpo del dolor, la mujer
podría ser el conocedor que observa el dolor emocional en sí misma, accediendo
así al poder del Ahora e iniciando la transmutación del dolor. Esto suprimiría
la proyección compulsiva y automática del mismo hacia el exterior. Entonces
podría expresar sus sentimientos a su pareja. No hay garantía, por supuesto, de
que él escuche, pero le da una buena oportunidad de volverse presente y desde luego
rompe el círculo malsano de la actuación involuntaria según viejos patrones
mentales. Si la mujer pierde esa oportunidad, el hombre podría mirar su propia
reacción mental-emocional al dolor de ella, su propia actitud defensiva, en
lugar de ser la reacción. Podría entonces observar cómo su propio cuerpo del
dolor se dispara y traer así conciencia a sus emociones. De esta manera,
surgiría un claro y calmado espacio de pura conciencia: el que conoce, el
testigo silencioso, el que observa. Esta conciencia no niega el dolor y sin
embargo está más allá de él. Lo deja ser y sin embargo lo transmuta al mismo
tiempo. Acepta todo y lo transforma todo. Se habría abierto una puerta para
ella a través de la cual podría fácilmente unirse a él en ese espacio.
Si usted está habitualmente, o al menos la mayoría de
las veces, presente en su relación, este será el mayor reto para su compañero.
No podrá tolerar su presencia durante mucho tiempo y permanecer inconsciente.
Si está listo, cruzará la puerta que usted le abrió y se unirá a usted en ese
estado. Si no lo está, se separarán como el agua y el aceite.
"La luz es
demasiado dolorosa para el que quiere permanecer en la oscuridad."