jueves, 31 de julio de 2014

La sombra oscura del ego Eckhart Tolle


En tanto eres incapaz de acceder al poder del Ahora, cada dolor emocional que experimentas deja detrás de sí un residuo de dolor que vive en ti. Se mezcla con el dolor del pasado, el cual ya esta allí, y se instala en tu mente y en tu cuerpo. Esto, por supuesto, incluye el dolor que sufriste en tu niñez, causado por la inconciencia del mundo dentro del cual naciste.

El dolor acumulado es un campo energético negativo que ocupa tu cuerpo y tu mente. Si lo piensas como una entidad invisible con su propio derecho a existir, te estás acercando bastante a la realidad. Es el cuerpo del dolor emocional. Tiene dos formas de ser: dormido y activo. Un cuerpo-dolor puede permanecer dormido un 90% del tiempo. Sin embargo, en una persona profundamente infeliz, puede estar activo en un 100% del tiempo. Algunas personas viven casi enteramente a través de su cuerpo-dolor, mientras que otras tal vez lo experimenten solamente en ciertas situaciones, tales como en vínculos íntimos, o situaciones ligadas con pérdidas pasadas o abandonos, heridas físicas o emocionales, etc. Cualquier cosa puede dispararlo, particularmente si resuena con un patrón de dolor de tu pasado. Cuando está listo para despertarse de su estado de sueño, incluso un pensamiento o un inocente comentario hecho por alguien cercano a ti puede activarlo.


Los pensamientos y los sentimientos que tienes acerca de tu vida se vuelven entonces profundamente negativos y auto-destructivos. Las enfermedades y los accidentes muy a menudo son creados de ésta forma. Algunos cuerpos-dolor llevan a sus huéspedes al suicidio.


… Estate atento a cualquier signo de infelicidad en ti mismo, en la forma que sea – podría ser el cuerpo-dolor que se está despertando. Esto puede tomar la forma de irritación, impaciencia, un estado de animo sombrío, un deseo de lastimar, furia, queja, depresión, una necesidad de tener un drama en tu vínculo, y así. Agárralo en el momento en que se despierta de su estado de sueño. 

El cuerpo-dolor quiere sobrevivir, tal como cualquier otra entidad que existe, y sólo puede sobrevivir si consigue que tú, inconscientemente, te identifiques con él. Entonces él puede levantarse, conquistarte, “convertirse en ti”, y vivir a través de ti. Él necesita conseguir su “comida” a través de ti. Él se alimentará de cualquier experiencia que resuene con su propia energía, cualquier cosa que cree un poco más de dolor en la forma que sea: furia, destructividad, odio, duelo, drama emocional, violencia e incluso enfermedad. De modo que el cuerpo-dolor, cuando te ha conquistado, creará una situación en tu vida que refleja de vuelta su propia frecuencia de energía para alimentarse de ella. El dolor sólo puede alimentarse de dolor. El dolor no puede alimentarse de dicha. Le resulta bastante indigesta.

Una vez que el cuerpo-dolor te ha conquistado, tú quieres más dolor. Te conviertes en una víctima o en un perpetrador. Quieres provocar dolor o quieres sufrir el dolor, o ambos. En realidad no hay mucha diferencia entre los dos. Tú no estás conciente de esto, por supuesto, y clamarás vehementemente que no deseas el dolor. Pero mira de cerca y encontrarás que tu pensamiento y tu actitud están diseñados para mantener el dolor, para ti y para otros. Si estuvieras verdaderamente consciente de ello, el patrón se disolvería, porque desear más dolor es locura, y nadie puede estar loco conscientemente.



El cuerpo-dolor, el cual es la sombra oscura proyectada por el ego, en realidad le tiene miedo a la luz de tu conciencia. Tiene miedo de que lo descubran. Su supervivencia depende de tu identificación inconsciente con él, así como de tu miedo inconsciente a enfrentar el viejo dolor que vive en ti. Pero si no lo enfrentas, si no traes la luz de tu conciencia hacia el dolor, serás forzado a vivirlo una y otra y otra vez. El cuerpo-dolor puede parecerte como un monstruo peligroso al que no puedes soportar mirar directamente, pero te aseguro que es un fantasma insustancial que no puede permanecer frente al poder de tu presencia.

Algunas enseñanzas espirituales declaran que todo dolor es en última instancia una ilusión, y eso es cierto. La pregunta es: ¿Es eso cierto para ti? Una mera creencia no lo convierte en realidad. ¿Quieres experimentar dolor por el resto de tu vida y seguir diciendo que es una ilusión? ¿Eso te libera del dolor? Lo que nos ocupa en este caso es, cómo puedes hacer para darte cuenta y REALIZAR esta verdad – o sea, hacerla real en tu propia experiencia.
Así que el cuerpo-dolor no quiere que tú lo observes directamente y lo veas tal cual es. El momento en que lo observes, siente su campo energético dentro de ti, y lleva tu atención hacia eso, entonces la identificación se rompe. Una dimensión de conciencia superior ha entrado. Yo la llamo PRESENCIA. Ahora tú eres el testigo o el observador del cuerpo-dolor. Esto significa que ya no puede usarte simulando ser tú, y ya no puede alimentarse a través de ti. Has encontrado tu mayor fuente de fuerza interior. Has accedido al poder del Ahora.



Extracto del libro "El poder del ahora" Eckhart Tolle

sábado, 14 de junio de 2014

"La fuerza de creer" Wayne Dyer (Última parte del extracto)

Mi experiencia del perdón


En 1974, una colega de la universidad me ofreció un puesto en el Sur. Cuando decidí aceptarlo, llamé primero a la enfermería en la que según mi primo, había estado mi padre. Allí me comunicaron que Melvin Lyle Dyer había muerto de cirrosis hepática y otras complicaciones hacía diez años, y que su cadáver había sido trasladado a Biloxi (Misisipí). Columbus está a unos trescientos veinte kilómetros de Biloxi. Fue entonces cuando me di cuenta de que todo había acabado. Decidí que al finalizar mi visita a la universidad completaría mi viaje y haría todo lo necesario para poner punto final a ese capitulo de mi vida. Todavía tenía esperanzas de encontrar alguna respuesta a este asunto sin resolver. Sentía curiosidad por saber si mi padre había dicho a los responsables del hospital que tenía tres hijos, y si nuestros nombres figuraban en el certificado de defunción. Pretendía hablar con sus amigos en Biloxi para descubrir si él nos había nombrado alguna vez. ¿Habría intentado averiguar en secreto cómo les iba la vida a su ex-esposa y a sus hijos? ¿Le importaba algo? ¿Habría tenido una capacidad de amar que tal vez había ocultado? Lo que más me interesaba era saber cómo se las había arreglado para dar la espalda a su familia durante toda una vida. Buscaba constantemente una muestra de afecto que pudiera haber dejado, y sin embargo, mi odio con respecto a su comportamiento de aquellos años seguía obsesionándome. A mis treinta y cuatro años, me sentía controlado por un hombre que había muerto hacía una década. Alquilé un coche nuevo, quiero decir flamante, para dirigirme a Biloxi.
El cuenta kilómetros sólo marcaba un número: doce. Cuando me disponía a sentarme al volante y a colocarme el cinturón advertí que faltaba el cinturón del acompañante. Salí del coche, desmonté el asiento y de pronto apareció, pegado al suelo del coche con cinta aislante, con la hebilla cubierta de plástico y una goma. Desprendí la cinta y el plástico, y encontré una tarjeta comercial metida en la hebilla. Decía: «Hostal Candlelight... Biloxi, Misisipí», y contenía unas flechas que indicaban el camino. Aquello me resultó extraño, pues el coche no había sido utilizado por nadie antes de que yo lo alquilara. De todas formas, me guardé la tarjeta en el bolsillo de la camisa. Llegué a los alrededores de Biloxi a las 4:50 de la tarde de un viernes y estacioné en la primera gasolinera que vi, para telefonear desde allí a todos los cementerios de Biloxi. En la guía aparecían tres. En el primero comunicaban y en el segundo no contestaban, así que marqué el tercer número, que era el menos singular de la lista. En respuesta a mi pregunta, una voz de hombre ya mayor de 20 me dijo que iba a comprobar si mi padre estaba sepultado allí. Tardó unos diez minutos, y cuando ya me disponía a tirar la toalla, colgar y esperar hasta el lunes por la mañana para proseguir mis averiguaciones, el hombre regresó y pronunció las palabras que ponían fin al viaje de toda una vida: -Sí -dijo-. Su padre fue enterrado aquí. Y me dio la fecha de su inhumación. El corazón me latía con fuerza por la emoción. Le pregunté si me sería posible visitar la tumba esa misma tarde. -Por supuesto, si cuando se marche es tan amable de volver a colocar la cadena de la entrada, puede venir cuando guste -me contestó. Y antes de que pudiera preguntarle cómo llegar al cementerio, añadió: -Su padre está enterrado junto a las tierras del Hostal Candlelight. Cualquiera en la gasolinera podrá indicarle cómo llegar a él. Temblando, alargué la mano hacia el bolsillo de la camisa y eché una ojeada a la tarjeta y a las flechas. Me hallaba a tres manzanas del cementerio.

Cuando finalmente me encontré delante de su lápida leyendo MELVIN LYLE DYER, me quedé paralizado. Estuve dos horas y media conversando con mi padre por primera vez. Grité sin pensar en si había alguien a mi alrededor. Y hablé en voz alta, exigiendo respuestas a una tumba. A medida que el tiempo transcurría, empecé a experimentar una profunda sensación de alivio y me tranquilicé. La calma reinante era tan sobrecogedora que llegué a pensar que mi padre estaba a mi lado. No le hablaba a una lápida. De alguna manera me hallaba en presencia de algo que no podía, ni puedo explicar. Reanudando aquel monólogo, dije: «Siento como si de algún modo me hubieran traído aquí hoy, e intuyo que usted ha tenido relación con ello. Desconozco su papel, si es que lo tiene, pero estoy convencido de que ha llegado el momento de dejar a un lado la rabia y el odio que tanto me han hecho sufrir durante estos años. Quiero que sepa que a partir de este momento, todo ello se ha desvanecido. Le perdono. No sé qué le impulsó a llevar su vida como lo hizo. Estoy seguro de que habrá pasado por momentos de desesperación, sabiendo que tenía tres hijos a los que nunca volvería a ver. Sea lo que fuere lo que ocurría en su interior, quiero que sepa que ya no le odiaré. Cuando piense en usted, lo haré con amor y compasión. Me estoy desprendiendo de todo ese desorden que existe en mí. En el fondo, sé que sólo hizo lo que podía hacer según las circunstancias de la vida en ese momento. A pesar de que no recuerdo haberle visto nunca y de que mi deseo más ferviente era conocerle en persona y escuchar sus propias palabras, no permitiré que esos pensamientos me impidan sentir el amor que ahora tengo por usted». Aquel día, delante de la solitaria lápida al sur de Misisipí, pronuncié palabras que nunca he olvidado, porque marcaron mi forma de vivir a partir de entonces: «Le envío mi amor... Le envío mi amor... De todo corazón le envío todo mi amor». En un momento de pureza y honestidad experimenté el sentimiento de perdón por el hombre que había sido mi padre y por el niño que yo había sido y que tanto había deseado conocerlo y amarlo. Me invadió una sensación de paz y purificación totalmente nueva para mí. Aunque en ese instante no era consciente de lo que me estaba sucediendo, aquel sencillo acto de perdón iba a significar el comienzo de una nueva dimensión en mi vida. Estaba en el umbral de una etapa de mi vida en la que iba a verme rodeado de unos mundos que nunca hubiera imaginado en aquellos días.

Cuando regresé a Nueva York empezaron a producirse una serie de milagros. Escribí Tus Zonas Erróneas con cierta facilidad. Un agente literario apareció en mi vida en el momento justo y bajo unas «extrañas» circunstancias. Tuve una entrevista con un directivo de la editorial T. Y. Crowell, y al cabo de unos días me comunicaron que iban a publicar mi libro. 
Cada paso a lo largo del camino hacia Tus Zonas Erróneas parecía un milagro. Con una frecuencia que me resultaba encantadora, ocurrían hechos extraños y a la vez maravillosos. La persona «adecuada» estaba allí cuando la necesitaba. Hoy estoy convencido de que mi experiencia del perdón, aunque fue emocionalmente agotadora, supuso el inicio de mi transformación.
Significó mi primer encuentro con el poder de mi propia mente para traspasar lo que yo consideraba previamente como las barreras del mundo físico y de mi cuerpo físico. Pablo Picasso dijo en una ocasión: «Cuando trabajo dejo mi cuerpo al otro lado de la puerta, al igual que los musulmanes hacen con sus zapatos antes de entrar en las mezquitas». Esto es lo que hice cuando escribí este libro. Dejé mi cuerpo al otro lado de la puerta. Con ello quiero decir que el mundo de los dolores y las intrusiones se quedó fuera, y que a mis dominios de escritor sólo entró mi mente. En el mundo del pensamiento puro no existen límites. ¿Cuál es el límite de su imaginación? Esta parte de mí constituida por mis pensamientos es energía pura. A medida que voy creando me doy cuenta de que estas palabras e ideas no son sólo para mí, de que yo soy la vía por la que ellas fluyen y de que, cuando me abro, soy libre y dejo mi cuerpo al otro lado de mi puerta como Picasso, entonces formo parte de un proceso creativo que está relacionado con un despertar. 

Extracto del Libro "La fuerza de creer" de Wayne Dyer


miércoles, 4 de junio de 2014

La Fuerza de creer - Wayne Dyer Parte III



Nací en 1940, y me convertí en el benjamín de una familia que ya contaba con dos hijos menores de cuatro años. Mi padre, a quien nunca conocí, nos abandonó cuando yo tenía dos años. Según las historias que han llegado a mis oídos, era un hombre problemático, holgazán y bebedor empedernido, que abusó de mi madre, tuvo sus más y sus menos con la ley y pasó algún tiempo en la cárcel. Mi madre vendía caramelos en una tienda de mala muerte situada en el lado este de Detroit, y los diecisiete dólares semanales que percibía sólo le servían para cubrir los gastos del tranvía y del sueldo de quien nos cuidaba cuando ella se ausentaba. No recibíamos ninguna ayuda de la beneficencia. Pasé buena parte de mis primeros años en hogares adoptivos, que mi madre visitaba cuando le era posible. Todo lo que llegué a saber de mi padre me lo contaron mis dos hermanos. Me imaginaba a una persona violenta y despiadada, a la que ninguno de nosotros le importaba lo más mínimo. Cuanto más sabía de él, más le aborrecía, y cuanto más le aborrecía, más me enfurecía. Finalmente mi cólera se convirtió en curiosidad y empecé a soñar con la posibilidad de conocerle y enfrentarme con él cara a cara. El odio y el deseo de conocer a ese hombre para poder obtener sus respuestas me obsesionaban. En 1949 mi madre se volvió a casar y nos reunió a todos de nuevo. A partir de ese momento ninguno de mis hermanos volvió a mencionar a mi padre, y mis indagaciones siempre se vieron censuradas por una mirada que significaba: «No es un hombre bueno. ¿Porqué te empeñas en descubrir más cosas sobre él?». Pero mi curiosidad y mis pesadillas persistieron. Yo seguía haciendo preguntas, efectuando llamadas telefónicas a parientes que ni siquiera conocía y viajando a ciudades lejanas para charlar con sus ex-esposas sobre él. Como de costumbre, mi búsqueda acababa en frustración.
En 1970 recibí una llamada de un primo al que nunca llegué a conocer, el cual había oído el rumor de que mi padre había fallecido en Nueva Orleans. Pero en ese momento yo no estaba en condiciones de ponerme a investigar sobre el caso. Estaba finalizando mis estudios de doctorado y a punto de trasladarme a Nueva York para aceptar un puesto de profesor adjunto en St. John's University, pasando por un angustioso divorcio y atascado a la hora de escribir. Estaba atrapado a nivel personal (mi divorcio), físico (mi sobrepeso y pésima forma tísica) y espiritual (mi pragmatismo puro, carente de todo pensamiento metafísico). Mis sueños sobre mi padre cobraron fuerza. A veces me despertaba sobresaltado, furioso porque había soñado que daba una paliza a mi padre mientras él me sonreía. Fue entonces cuando llegué al momento crucial de mi vida...
Continúa Parte VI

Extracto del libro "La fuerza de creer"  de Wayne Dyer
                                                   

viernes, 30 de mayo de 2014

La fuerza de creer Wayne Dyer Parte II

Despertar
Usted es un alma acompañada de un cuerpo, en vez de un cuerpo dotado de alma. Es decir, usted no es un ser humano con una experiencia espiritual, sino un ser espiritual con una experiencia humana.
He ilustrado estos principios con ejemplos que forman parte de mi propia trayectoria de transformación personal. Estos principios actúan en el universo incluso mientras usted se halla sentado leyendo estas palabras. Funcionan a pesar de la opinión que usted pueda tener sobre ellos. Es algo comparable a los procesos digestivos y circulatorios que siguen su curso sin contar con su colaboración consciente. El hecho de creer o no creer en estos principios carece de importancia, porque ellos continuarán ejecutando su tarea sin solicitarle su aprobación. Pero si usted se decide en su favor, puede encontrarse viviendo en un estrato totalmente nuevo y disfrutando de una clase de conocimiento superior, un despertar, por llamarle de alguna manera. Su resistencia no le traerá ningún beneficio. Con esta afirmación quiero decir que usted continuará con sus viejas ideas y vivirá según la consabida frase de «Si no lo veo no lo creo». Y trabajará con mucho más ahínco, si cabe, para amasar más dinero. Seguirá considerando las apariencias más importantes que la calidad. Se guiará por las reglas antes que por la ética. Si usted pertenece al grupo de los indecisos, le recomiendo que se mantenga junto a aquello con lo que esté familiarizado. Cuando ya no pueda resistir más inicie su trayectoria de transformación personal, algo así como un «despertar»; estará usted en un viaje sin retorno. Desarrollará un conocimiento tan profundo que llegará a preguntarse cómo pudo haber vivido anteriormente de otro modo. El despertar a la nueva vida comienza a guiarle, y entonces usted sencillamente sabe en su interior que va por buen camino, y ni siquiera es consciente de las protestas de quienes han elegido otra senda. Yo nunca había imaginado que necesitaría un cambio.
No me había trazado ningún plan para modificar mi forma de hacer, ni me había marcado ideales que pudieran mejorar mi vida. Estaba seguro de que había llevado la vida que había deseado. Había obtenido un considerable éxito profesional, y nada parecía faltarme. Sin embargo, he experimentado una gran transformación que ha realzado de un modo especial cada uno de mis días, y que no hubiera creído posible hace unos años...

Continúa parte 3 
                   

Extracto del libro "La fuerza de creer" de Wayne Dyer

martes, 20 de mayo de 2014

" La Fuerza de creer" Wayne Dyer parte I

Usted no puede beberse la palabra agua. La fórmula H2O no puede mantener un barco a flote. La palabra "lluvia" no puede mojarle, debe experimentar el agua o la lluvia para saber lo que esas palabras significan verdaderamente. Las palabras por sí solas le alejan de la experiencia. Y así ocurre con todas las cosas sobre las que escribo en este libro. Las palabras aquí utilizadas pretenden conducirle a la experiencia directa. Si las palabras que empleo le inspiran confianza, es muy probable que usted recoja las ideas que expresan y las convierta en experiencia. Yo creo en estos principios y compruebo que funcionan en todo momento. Ahora me dispongo a compartir mi experiencia con ellos. También ustedes, en su propia vida, ven esencialmente aquello en lo que creen. Por ejemplo, si usted cree firmemente en la escasez, piensa en ella con asiduidad y la convierte en el tema de sus conversaciones, estoy convencido de que acabará viéndola en su vida. Por otro lado, si usted cree en la felicidad y la abundancia, piensa únicamente en ellas, comenta el tema con los demás y actúa en consecuencia, es muy probable que también acabe viéndola.  Los principios sobre los que escribo quizá le exijan abrirse a nuevas ideas. Si usted decide aceptarlas y aplicarlas a su vida, sentirá las marcas dejadas por la apertura en su mente y nunca más volverá a ser el que había sido antes.

La transformación personal viene dada por el conocimiento profundo de que el ser humano representa mucho más que un cuerpo físico, y de que su esencia incluye la capacidad de pensar y sentir, de poseer una conciencia superior y de saber que existe una inteligencia que llena todas las formas del universo. Usted tiene capacidad para encontrar su parte invisible, usar su mente a su antojo y reconocer aquello que conforma su naturaleza humana. Su dimensión humana no se refiere a una forma o un cuerpo, sino a algo mucho más trascendental, guiado por unas fuerzas del universo que están siempre en funcionamiento.

Extracto del libro " La fuerza de creer" de Wayne Dyer

martes, 1 de abril de 2014

TU YO SAGRADO - Wayne Dyer Parte III

USTED ESTÁ AQUÍ POR UNA RAZÓN
Existió un instante del tiempo en el cual usted estuvo en “ninguna parte”. En el momento anterior a la concepción estaba “ahí”. Luego, en un instante glorioso, pasó del ninguna parte al aquí y ahora.
Habrá otro instante glorioso en el que pasará del aquí y ahora al ninguna parte.
A ese momento lo llamamos muerte. Pero usted –ese usted inspirado, inmutable, eterno, indivisible –continuará viviendo. Si es verdad que formamos parte de un sistema inteligente, podemos suponer que ese paso desde ninguna parte al aquí y ahora tiene un propósito. Al darse cuenta de esto puede dejar de plantearse si es una creación divina con un propósito, y sencillamente aceptar que lo es. Forma parte de este sistema inteligente, y está aquí por alguna razón divina. Esa razón tiene que ver con la energía espiritual sobre la que estoy escribiendo. El conocer su yo espiritual constituye su búsqueda sagrada y el reto de su vida.
Muchísimos de nosotros hemos crecido en la creencia de que somos el cuerpo que los alberga, el trabajo que realizamos y la religión que practicamos. Nuestras vidas participan de las realidades exteriores al mismo tiempo que vemos que siempre cambian. Sin embargo, en alguna parte de nuestro interior, nos sentimos iguales.
Puede que nunca le haya dedicado mucho tiempo a ese aspecto del yo, pero si lo hace descubrirá un yo interno que nunca cambia sino que se encuentra inmerso en un mundo cambiante.
Es probable que algún día su yo físico descanse bajo una lápida que dé cuenta de la fecha de su nacimiento y de la de su muerte. Pero su alma interior sabe que usted es eterno. En esa faceta de su yo carece de forma, no tiene límites. Sin límites no hay nacimiento ni muerte. Lo que ha nacido morirá, lo que nunca ha nacido nunca puede morir. ¡Su yo espiritual nunca nació! ¡Su yo espiritual nunca morirá!
El saber esto de una forma que no deje lugar para la duda le capacitará en gran manera para su búsqueda sagrada. Cuando llegue a ese estado, sabiendo que quien es usted es el yo inmutable, tendrá un propósito en su vida.
La iluminación... es real; y cada uno de nosotros puede, quien quiera que seamos, en las circunstancias correctas y con la preparación apropiada, comprender la naturaleza de la mente y conocer por tanto lo que es inmortal y eternamente puro en nosotros. Ésta es la promesa de todas las tradiciones místicas del mundo, y ha sido cumplida y está siendo cumplida en incontables millares de vidas humanas.
Usted puede ser uno de esos millares de seres humanos iluminados. Esto sucederá cuando descubra la naturaleza de su verdadero yo, y relegue a un segundo plano, donde le corresponde, la parte de usted que está centrada en lo físico. Desde allí podrá animarse a continuar y mantener su yo elevado, en lugar de actuar de forma que minen su esencia espiritual.
Todo este asunto de la búsqueda sagrada es real, y puede conocerlo, amarlo y atesorarlo. Una vez que lo haga, ya no querrá volver a vivir de ninguna manera que sea inconsecuente con su yo divino e invisible.
Usted no es ese nombre, ni esa ocupación, ni ese número de la seguridad social, ni ese cuerpo.
Con independencia de su familia, o de la etiqueta que le hayan colgado. En la inteligencia de Dios usted es sagrado, y tiene un propósito para estar aquí. Ese propósito no lo encontrará en el mundo físico. Cuando deje de buscar la satisfacción en el mundo externo, la totalidad de su ser, incluido su mundo
material, reflejará su divinidad.
La verdadera definición de la propia conciencia es el descubrimiento del yo superior y la jubilosa vida. Es la conciencia de su energía interior y lo más elevado de usted mismo. Es una conexión con lo divino y todo lo inmutable. La propia conciencia está en la génesis de su yo.

sábado, 15 de marzo de 2014

" Tu yo sagrado" Wayne Dyer Parte II

Sé que en cada momento soy libre para decidir.
La penetración psicológica más importante que puede tener es darse cuenta de que ha estado mirando en la dirección errónea durante la mayor parte de su vida.
Tómese un momento, ahora mismo, para comprender lo que quiero decir. Imagínese en cualquier postura que le apetezca. De pie, sentado, echado, la que le resulte más fácil de imaginar. Ahora observe la representación mental de usted mismo. Lo que ve es alguien está siempre mirando hacia otra parte,
no hacia sí mismo. Siempre mirando fuera de usted. ¡Está mirando en la dirección equivocada!
Ahora imagínese que es capaz de darse la vuelta y mirar en la dirección opuesta. Si de alguna forma pudiese hacer eso, estaría mirando hacia su interior.


Esto no es una forma de gimnasia mental en la que meramente uno se imagina volviéndose y mirando hacia su interior. Estoy sugiriéndole una manera de conocer su identidad espiritual. Estoy sugiriéndole que acepte el reto y tome el sendero de su búsqueda trascendental. A todos nos han enseñado a mirar al exterior en busca de sustento: mirar más allá de nosotros mismos en busca de fuerza, amor, prosperidad, salud, felicidad y satisfacción espiritual. Se nos ha condicionado para creer que recibimos la gracia de la vida de algún punto externo a nosotros. Pero es posible invertir la dirección de nuestros ojos de fuera hacia dentro. Y cuando lo hacemos, encontramos una energía que habíamos percibido pero no identificado.


ENERGÍA DIVINA
En los seres humanos palpita una energía divina. El poder de esta energía impregna todo nuestro ser y nos permite realizar todas las funciones del vasto repertorio de los pensamientos y conductas humanas. En esta energía divina existen dos aspectos. El aspecto externo hace que el corazón lata, los pulmones se hinchen y los sentidos funcionen: en esencia, mantiene vivos nuestros cuerpos. El aspecto interno de esa energía está dormido, pero podemos despertarlo. Este universo interno es más vasto que el externo. El júbilo interior hace que todo el júbilo que se experimenta en el mundo de los sentidos parezca carente de significado. Cuando se exprimenta esa luz interna, añade a la vida una brillantez que no se parece a nada que puedan describir las palabras. 
Cuando uno descubre su yo más sublime, experimenta esa energía interior y permite que guíe su vida. El adjetivo más corriente para describir esta fuerza interna es “espiritual”. Cuando hablo de espiritualidad y de ser espiritual, describo una actitud hacia Dios, un viaje interior de iluminación. Hablo de desarrollar las cualidades divinas de amor, perdón, bondad y éxtasis que tenemos dentro. Según mi interpretación, la espiritualidad no es cuestión de dogmas ni de reglas. Es luz, júbilo y concentración en la experiencia del amor y el éxtasis internos, y transmitir esas cualidades al exterior. Al viaje destinado a descubrir su yo más sublime lo llamo “Búsqueda sagrada"

DEFINICIÓN DE SU BÚSQUEDA SAGRADA
La energía esencial que le ha alimentado durante toda su vida es la energía exterior. Ésta energía exterior mantiene la vida, pero no proporciona la sensación de éxtasis y plenitud que anhelamos.
En su libro Mistery of the Mind (El misterio de la mente), Swami Muktananda describe la experiencia de la energía divina:
Un día, esa luz explotará y lo verá todo. Verá que el universo entero existe dentro de ella. La luz divina de la Conciencia comenzará a inundarle los ojos y entonces la verá dondequiera que mire. Verá su luminosidad en la gente, en los árboles, las rocas y los edificios. Verá la misma Conciencia alzándose en
cada pensamiento y sentirá que pasa por su mente; adondequiera que vaya su mente, encontrará su propia Conciencia interior, el creador del mundo. Verá que la totalidad del universo está contenida en usted mismo.
Sabrá que todo –todas las infinitas formas del mundo- no son más que emanaciones de su existencia. Se dará cuenta de que es usted quien se refleja en todas partes, y que es su propio reflejo el que pasa ante sus ojos. Usted tiene dentro de sí este poder de trascendencia sobre la vida dominadas por el ego. Puede darse la vuelta y mirar hacia el interior, descubrir su naturaleza espiritual. Entonces podrá vivir cada uno de sus días, con independencia de lo que pueda estar haciendo, con la sensación de éxtasis que se deriva de hallarse en el sendero de la búsqueda sagrada. Hacer explotar esa luz implica entender quién es uno y qué está haciendo aquí, en  esta cosa llamada cuerpo, en este lugar llamado mundo, en este momento de su vida.

UNA MIRADA ÚNICA A SU VIDA

Wayne Dyer - Extracto del libro "Tu yo sagrado"

martes, 11 de marzo de 2014

Biografía, Wayne W. Dyer




El doctor Wayne W. Dyer cariñosamente llamado el "padre de la motivación" por sus fans, es uno de los más respetados en el campo del auto-empoderamiento.
Nació el 10 de marzo de 1940 en Detroit, Michigan. Su infancia transcurrió en orfanatos y hogares de acogida, y ha superado muchos obstáculos para hacer sus sueños realidad. 
Hoy pasa gran parte de su tiempo mostrando a otros cómo hacer lo mismo.
Vive en Maui, Hawaii. Ha estado casado tres veces y tiene ocho hijos, siete de ellos con su tercer mujer y una con la primera. 
Dyer es psicoterapeuta y tiene doctorado en psicología por la universidad del estado de Wayne y de la Universidad de Michigan, y ha enseñado a muchos niveles, desde preparatoria hasta universidad. Es co-autor de tres libros de texto, colabora con muchos periódicos y da conferencias en todo el territorio estadounidense. Aparece regularmente en programas de TV y radio.

Su inspiración fue la rama de la llamada Psicología humanista, y en concreto, Abraham Maslow. Esta pretendía ser el 4º paradigma, después del Psicoanálisis, la Psicología conductista y la Psicología cognitiva. En sus primeros libros, esta influencia se muestra en su creencia en las posibilidades de desarrollo de la persona más allá de "la normalidad", para llegar a desarrollar todas nuestras potencialidades como seres humanos (persona "sin límites"), en lugar de centrarse en tratar la enfermedad o el trastorno para situarse en la normalidad, como hacen las otras teorías psicológicas.
Sus libros “Manifieste su destino” y “Tus Zonas Erróneas”, han sido bestsellers y todavía siguen siendo leídos hoy en día. Dyer ha enseñado a muchos niveles, desde la educación secundaria hasta pasando por el hospital universitario de la universidad Cornell, y ha sido profesor de psicología del asesoramiento en la Universidad de Nueva York. 
En 2009 anunció que tiene leucemia linfocítica crónica. 

Desde hace más de dos años a Wayne Dyer, autor de fama internacional y orador motivacional, se le dijo que tenía cáncer. LLC - Leucemia linfocítica crónica, que es un cáncer de los glóbulos blancos de la sangre. No hay cura para este tipo de cáncer y su tratamiento no se recomienda para las primeras etapas, que básicamente consisten en un "esperar y ver".
Aquellos de ustedes que conocen un poco acerca del Dr. Dyer saben que no es un candidato probable para el cáncer. Ejercita por lo menos dos horas al día (incluyendo yoga, senderismo, natación en el mar y caminar), medita todos los días, cuida su alimentación, y en los últimos años ha alcanzado niveles elevados de conciencia. Entonces, ¿cómo es que tiene cáncer?

"Mi primera reacción fue, es mejor que vuelva a comprobarlo porque yo no he podido crear una leucemia". ..dice el Dr Dyer-
Después del shock inicial, lo estuvo tratando como a todos los demás reveces en su vida. Se cree que cada gran avance espiritual en la vida es precedida por algún tipo de caída o de lucha.Los momentos bajos nos proporcionan energía y una nueva perspectiva para impulsarnos a un lugar más alto. Es esta creencia fundamental la que le ayudó a moverse rápidamente a un estado de aceptación, libre de la reacción normal de la ira, la frustración y el cuestionamiento de - "¿Por qué me está pasando esto a mí? 
El Dr. Dyer dice que él nunca usa palabras como lucha o ataque porque la lucha nos debilita.
Tiene fe en que, en algún nivel, el cáncer es una respuesta de curación del cuerpo. En ciertos casos, el cuerpo puede necesitarlo para curarse en un plano profundo emocional o energético.
En su caso, se le ha dicho que la curación se relaciona con un profundo trauma psicológico experimentado como resultado de sentir que ha fracasado en las relaciones en su vida. Él admite libremente haber experimentado muchas relaciones difíciles en su vida, con su madre y su padre que lo abandonó y con sus tres ex esposas. Afirma que él estaba en una frecuencia de vibración semejante a la de su cáncer, y sospecha que estas experiencias difíciles pueden haber tenido alguna influencia en el mismo. Afortunadamente, nuestra frecuencia energética está en constante cambio, basándose en nuestra forma de pensar, sentir y actuar. Además, a medida que avanzamos hacia niveles superiores de conciencia y la experiencia de nuestra verdadera esencia, nuestro estado vibratorio puede cambiar.
"Estoy bien.” Yo estoy en perfecta salud. "

Parte de la práctica diaria del Dr. Dyer es la repetición de estos dos mantras. Los mantras pueden convertirse en poderosas herramientas de curación, pero tenemos que creer de verdad en ellos y asumir los sentimientos del fín deseado,aún antes de que se haya materializado. Para él, estas palabras se basan en una creencia profundamente arraigada de que el cuerpo tiene la sabiduría perfecta, el cuerpo sabe qué hacer. Su consejo es confiar y creer en el poder invisible e infinito de curación del cuerpo.

Fundamentalmente, tenemos que cambiar nuestro concepto de nosotros mismos. Esto implica dejar de lado cualquier tipo de diálogo interior, como, estoy deprimido, me siento débil, estoy enfermo y reemplazarlo por el estado saludable que deseamos se manifieste.
Esto se convierte en nuestro mantra personal y afecta nuestros sentimientos, nuestra energía y nuestras acciones.
Después de haber enseñado el arte de la manifestación durante años que él cree que los mismos principios que utilizó para ayudar a la gente, lo curarán.

La premisa general es poner la atención en lo que vamos a crear y vivir desde allí. Vivir a partir de ahí, no sólo a nivel intelectual, sino que es más importante a nivel de los sentimientos. Tenemos que obrar con sentimientos para que el deseo se haga realidad en nuestro campo de energía. Esto ayuda a cambiar esa energía o frecuencia vibracional y, posteriormente, facilita la curación a nivel del cuerpo físico. La buena noticia es que no es necesario entender cómo funciona para que funcione!

Al mismo tiempo, nos invita a recordar que no somos nuestro cuerpo físico. En nuestra esencia, somos amor puro. Para realmente sanar, tenemos que reconocer nuestra propia magnificencia y en vivir desde ese lugar de infinito poder.
Uno de los cambios más importantes de los que habla el Dr. Dyer,con respecto a lo que lo ha llevado el tener cáncer es... el despertar del deseo de servir, ser más amoroso y generoso, sin las necesidades del ego de ser agradecido o apreciado. Él lo describe como "dejar crecer lo Divino dentro de ti". 

Vivir con cáncer para él significa vivir desde un lugar de amor puro e incondicional y gratitud. Esta nueva perspectiva es en gran parte, a lo que el Dr. Dyer cree que su cáncer lo ha llevado y lo que ahora puede compartir con el mundo. El amor puro es probablemente su herramienta de sanación más potente y él afirma que se ve y, lo que es más importante aún, se siente mejor de lo habitual.
"Tenemos infinidad de posibilidades y todo lo que tenemos que hacer es recordarlas".

Citas
«Puedes mirarte a ti mismo con ojos nuevos y abrirte a nuevas experiencias que nunca llegaste a pensar que podrían estar dentro de tus posibilidades como ser humano, o puedes seguir haciendo las mismas cosas, de la misma manera, hasta que te entierren.»

"Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades".

"Hay una gran mentira, y es decir que somos limitados. Los únicos límites que tenemos son los límites que creemos".

"El ahora es todo lo que hay, y el futuro es simplemente otro momento presente para ser vivido cuando llegue"

"El último traje que usas, no tienes bolsillos"

"La forma más elevada de ignorancia es cuando rechazas algo sobre lo que no sabes nada"


Fuentes: Wikipedia - Palabras del Dr. Dyer, traducidas del inglés, por Tahita http://saludyconsciencia.wordpress.com/

TU YO SAGRADO WAYNE W. DYER Parte I


Querido lector
Imagine esta escena si es tan amable. Dos bebés se encuentran en el útero,
confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación.
Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.
Espíritu le dice a Ego:
Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero y o creo de verdad en que
hay vida después del nacimiento.
Ego responde:
No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué
siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta
realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de
vida después del nacimiento.
Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en
silencio durante más tiempo.
Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una
madre.
¡Una madre! –exclama Ego con una carcajada-. ¿Cómo puedes ser tan
absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto
es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay
nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a
tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.
Espíritu deja, con renuencia, la conversación, pero la inquietud puede con él al
cabo de poco.
Ego –implora-, por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma,
pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos
movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua
recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida
que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo
experimentaremos muy pronto.
Ahora sé que estás completamente loco –replica Ego-, lo único que has
conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener
semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad.
Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje. Oscuridad, presiones y
una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la
vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu
cordón y, por favor, estate quieto.
Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más
tiempo.
Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte.
Adelante –responde Ego, impaciente.
Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo van a
llevarnos a una nueva luz celestial sino que cuando eso suceda vamos a
encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo
lo que hemos experimentado hasta ahora.
Estás totalmente loco. Ahora sí que estoy convencido.

Usted es sagrado, y con el fin de saberlo debe trascender el viejo sistema de
creencias que ha adoptado.
Es un ser divino llamado a conocer su yo más sublime mediante el dominio de
las claves de una conciencia superior.
Su yo más sublime puede triunfar sobre las identidades de su ego y convertirse
en la fuerza dominante de su vida.
Puede irradiar esta conciencia más allá de sus propios límites y transmitirla a
todos los habitantes de nuestro planeta.

Extracto del libro "Tu yo sagrado" de Wayne W. Dyer

martes, 4 de febrero de 2014

Biografía Louise Hay

Louise Loony Hay, escritora y oradora estadounidense, es una de las figuras más representativas del movimiento Nueva Era, como así también una precursora de los libros de autoayuda.

Nacida en Los Ángeles, California el 8 de octubre de 1926. Sus padres se divorciaron cuando ella apenas contaba con un año y medio. Posteriormente, su madre volvió a contraer matrimonio con un hombre violento criado en Europa y tuvo otra hija. Cuando Hay cumplió cinco años, habiendo ya sobrevenido la depresión de 1930, fue violada por un vecino alcohólico. El hombre recibió 15 años de prisión, y Hay luego recordaría: «... como a mí me repitieron insistentemente que "la culpa era mía", me pasé muchos años temiendo que cuando lo dejaran en libertad vendría a vengarse de mí por haber tenido la maldad de enviarlo a la cárcel».

Cuando cumplió 10 años, su padrastro, que solía maltratarla físicamente, empezó a abusar sexualmente de ella. Hay decidió escaparse de su casa y comenzó a trabajar como camarera, trabajo que calificó como «más llevadero» que todo lo que había padecido anteriormente
Luego, se asentó con una amiga en Chicago, donde cumplió labores domésticas. Finalmente, comenzó a trabajar como modelo den Nueva York.
Mientras incursionaba en la industria de la moda, conoció a un empresario inglés, Andrew Hay, con el que se casó en 1954. Lo definió como un «caballero encantador y educado». Con él, viajó alrededor de todo el mundo pero en 1968, luego de 14 años de matrimonio, su esposo la abandonó por otra mujer. «Fue precisamente cuando yo estaba empezando a creer que las cosas buenas podían ser duraderas. Sí, fue un golpe aplastante. Pero el tiempo pasa, y sobreviví», relató.

En 1970, para sobrellevar su baja autoestima, comenzó a inclinarse a prácticas espirituales tales como la meditación trascendental

Posteriormente, Hay fue diagnosticada con un cáncer de útero. «Como a cualquiera que acaban de decirle que tiene cáncer, fui presa de un pánico total», dijo. Hay relató que, en su opinión, el cáncer solamente era la manifestación externa de un profundo resentimiento que «devoraba» el cuerpo. Decidió no operarse ni someterse a ningún tratamiento médico y convenció a su médico para posponer la operación durante tres meses, el cual accedió dudoso. Hay efectuó la reflejoterapia y la terapia del colon, hizo una dieta específica para limpiar el organismo de todas las toxinas por la mala alimentación que llevaba y acudió a un psicoterapeuta especialista en expresar la rabia. Averiguó cómo había sido el pasado de sus padres —Hay consideraba que todos somos, en realidad, «víctimas de víctimas»— y descubrió que ellos también habían sido maltratados de pequeños, por lo que trabajó en el perdón para liberarse del resentimiento que albergaba hacia las personas que abusaron de ella y la maltrataron de pequeña, especialmente a su padrastro y su madre, hasta que pudo sentir compasión por ellos.
"La palabra «incurable», tan aterradora para tantas personas, para mí significa que esa dolencia, la que fuere, no se puede curar por medios externos, y que para encontrarle curación debemos ir hacia adentro. Si yo me hacía operar para librarme del cáncer, pero no me liberaba del modelo mental que lo había creado, los médicos no harían otra cosa que seguir cortándole pedazos a Louise hasta que ya no les quedara más Louise para cortar. Y esa idea no me gustaba."
                                                                                           Louise Hay
Cuando se recuperó en 1980, Louise Hay dejó Nueva York para regresar a su lugar natal, California, donde continúa ayudando gente con sus métodos desarrollados a través de su experiencia. Ahí, inesperadamente, debió hacerse cargo de su madre de entonces noventa años, con severos problemas en la visión y casi sorda, que se había fracturado la espalda luego de una caída. Su hermana, por su parte, también padecía problemas de espalda. «Mi madre no había sido capaz de protegerme cuando yo era niña, pero ahora yo podía, y quería, cuidar de ella. Mi madre... está cada vez más fuerte y flexible. Le encargué un audífono... también conseguí convencerla de que se operase las cataratas en un ojo, y ¡qué júbilo fue para ella volver a ver, y para nosotras volver a ver el mundo con sus ojos!», relató en el otoño de 1984.

En 1984 publicó uno de sus libros más relevantes, Usted puede sanar su vida. En él, Hay explicó como es posible sanar nuestro cuerpo y nuestro espíritu cambiando nuestras creencias limitantes. El Dr. Bernie Siegel lo definió como «un libro excelente para reestructurar nuestra vida y alcanzar la autoestima y el amor propio». Usted puede sanar su vidaalcanzó la lista de best-sellers del New York Times y se mantuvo durante 12 semanas consecutivas. Se han vendido más de tres millones de copias en 30 países a lo largo de todo el mundo.13

Gracias al éxito de su libro, fundó su propia editorial, Hay House. Los autores de Hay House incluyen a Wayne Dyer, Barbara De Angelis, Joan Borysenko, Bernie Siegel, Susan Jeffers, Alan Cohen y Stuart Wilde, entre otros. También estableció la Fundación Hay y el Fondo de Caridad de Louise Hay, organizaciones sin fines de lucro que apoyan a entidades diversas, incluyendo aquellas relacionadas con el Sida, las mujeres maltratadas y otros individuos desventajados de la sociedad. En 1985, Hay comenzó su grupo de ayuda, «Hay Rides», con seis hombres diagnosticados con Sida. Alrededor de 1988, el grupo realizaba reuniones semanales con 800 personas y se había mudado a un auditorio en Santa Mónica. Fue durante este tiempo que escribió el libro SIDA: Un acercamiento positivo, basado en sus experiencias con este grupo.

El mensaje de sanación de Louise Hay fue motivo de muchos artículos de periódicos y revistas. Ha aparecido en televisión en todo el mundo y su columna mensual, Querida Louise, apareció en más de 50 publicaciones en todo Estados Unidos, Canadá, Australia, España y Argentina. Incluso, los medios australianos se refirieron a ella como «lo más parecido a un santo en vida».

En 2008, cuand Hay contaba con 81 años, se estrenó la película Usted puede sanar su vida. En palabras de Hay, «es la historia de mi vida, mis enseñanzas, y cómo he aplicado los principios de mis enseñanzas a mi vida». El filme contó con la participación de Gregg Braden, Wayne Dyer, Gay Hendricks, Doreen Virtue y Esther y Jerry Hicks. Además, fue dirigida por el ganador del premio Emmy Michael Goorjian.

En septiembre de 2011, Hay y Cheryl Richardson publicaron su libro Usted puede crear una vida excepcional. En la actualidad, además de ofrecer conferencias, Hay disfruta de la pintura, la jardinería y el baile en su casa de San Diego cuando no viaja.

Fuente: Wikipedia

"El poder está dentro e ti" Louise Hay


¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué creencias tenemos sobre la vida? Durante miles de años, encontrar las respuestas a estos interrogantes nos ha exigido «volvernos hacia dentro». Pero, ¿qué significa eso?
Yo creo que hay un Poder en el interior de cada uno de nosotros capaz de orientarnos amorosamente hacia la salud perfecta, las relaciones perfectas, la profesión perfecta, y que nos puede ofrecer prosperidad de todo tipo. Para obtener estas cosas, primero tenemos que creer que son posibles. El segundo paso es estar dispuestos a «aflojar» las pautas o hábitos que nos crean situaciones que decimos que no deseamos.
¿Cómo? Entrando dentro de nosotros y llamando a nuestro Poder Interior, que sabe lo que nos conviene. Si estamos dispuestos a volvernos hacia este Poder que llevamos dentro, que nos ama y nos sustenta, lograremos que nuestra vida sea próspera y esté llena de amor. 

Tómate un momento para pensar en tus propias pautas de comportamiento, en tus problemas y en las cosas que te traban, y observa en cuál de estas categorías entran: crítica, temor, culpa o resentimiento. A estas categorías yo las llamo Las Cuatro Grandes, ¿Cuál es tu predilecta? La mía es una combinación de crítica y resentimiento. Tal vez la tuya también sea una combinación de dos o tres. ¿Es temor lo que siempre surge? ¿O es la culpa? ¿Eres muy crítico o rencoroso? Permíteme que te diga que el rencor es rabia acumulada. De modo que si crees que no te está permitido expresar la rabia que sientes, entonces es que has acumulado muchísimo rencor.
No podemos negar nuestros sentimientos. No podemos ignorarlos cómodamente.
Cuando me diagnosticaron el cáncer, tuve que mirarme con toda claridad. Tuve que admitir algunas tonterías sobre mí que no deseaba admitir. Por ejemplo, que yo era una persona muy rencorosa y llevaba en mi interior una enorme amargura por el pasado. «Louise —me dije—, ya no tienes tiempo para continuar permitiéndote eso.
Tienes que cambiar, de verdad.» O, como lo expresa Peter Mc Williams: «Ya no puedes permitirte el lujo de tener ni un solo pensamiento negativo». 
Tus experiencias siempre reflejan tus creencias internas. Literalmente, puedes mirar tus experiencias y determinar cuáles son tus creencias. Puede que resulte algo inquietante o perturbador hacerlo, pero si observas a las personas con quienes te relacionas, verás que todas ellas reflejan alguna creencia que tienes acerca de ti mismo. Todo lo que nos sucede en la vida refleja lo que somos. Cuando sucede algo
que no nos resulta agradable o cómodo, tenemos la oportunidad de mirar dentro de nosotros y decir: «De qué forma contribuyo a crear esta experiencia? ¿Qué hay dentro de mí que piensa que me merezco esto?». 
* * *
Todos tenemos pautas de comportamiento que se iniciaron en la familia, de modo que es muy fácil echar la culpa a nuestros padres, nuestra infancia o nuestro entorno, pero eso nos mantiene estancados. No nos liberamos así, seguimos siendo víctimas y perpetuamos los mismos problemas de siempre, que siguen y siguen repitiéndose continuamente. De manera que en realidad no importa lo que alguien nos hiciera o nos enseñara en el pasado. Hoy es un nuevo día. Ahora estamos al mando. Ahora es el momento de crear el futuro en nuestra vida y en nuestro mundo. Tampoco importa lo que yo diga, porque sólo tú puedes hacer el trabajo. Únicamente puedes cambiar tu forma de pensar, de sentir y de actuar. Yo sólo digo que puedes hacerlo.
Categóricamente, puedes hacerlo, porque tienes un Poder Superior dentro de ti que te ayudará a liberarte de esas pautas si tú se lo permites. 
Si te criaste en una familia en la que la crítica era la norma, entonces debes ser un adulto crítico. Si te criaste en una familia en la que no estaba permitido manifestar el enfado, entonces probablemente te aterra enfrentarte a los demás y mostrar rabia, y te la tragas y la acumulas en el cuerpo. 
Si te criaste en una familia en la que todos estaban manipulados por los sentimientos de culpabilidad, entonces lo más probable es que sigas siendo igual de adulto. Posiblemente eres una persona que se pasa la vida diciendo «Lo siento»,y jamás se atreve a pedir algo directamente. Tienes la sensación de que para obtener loque deseas tendrías que manipular. 
Cuando crecemos comenzamos a captar estas falsas ideas y perdemos contacto con nuestra sabiduría interior. Por lo tanto, necesitamos realmente liberar esas ideas y volver a la pureza del espíritu, donde de verdad nos amamos a nosotros mismos.
Necesitamos reinstaurar la maravillosa inocencia de la vida y la alegría de existir momento a momento, la misma alegría que siente el bebé en su feliz estado de maravillado asombro.
Extracto del libro: "El poder está dentro de tí" Louise Hay